miércoles, 28 de mayo de 2014

Dos imágenes: políticas y nostalgia, o el tiempo recobrado


Este blog no trata sobre política, sino que pretende hacer una lectura de dos imágenes que se han superpuesto en mi "retina de la memoria". Cuando el flamante líder de "Podemos", por cierto colega universitario de la Complutense, apareció celebrando su inesperado triunfo electoral, me vino a la mente una antigua imagen de Felipe González, joven y arrollador. No se trata de parecidos ni de cuestiones comunes, sino de una atmósfera que ya no es reconocible en la encorsetada política actual. Se trata de unas personas jóvenes con las que no comparto mayores afinidades, pero en las que sí puedo reconocer ilusiones perdidas en el tiempo. Esta es la breve crónica de mis impresiones, conscientemente imprecisas. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO
Hubo unos tiempos en que, aunque hoy parezcan irreales, la gente sintió ilusión por la política o, más bien, por sus políticos. Posiblemente todo estaba condenado a perderse, porque nos hacemos mayores y los propósitos se degradan, porque dejamos de ser quienes fuimos y nos convertimos en personas acomodaticias. Los partidos políticos, en particular el PP, el PSOE e IZQUIERDA UNIDA han crecido con nosotros, con los que somos de una generación ya madurita, y también ellos se han hecho mayores. Me hace gracia cuando los llamados "progres", es decir, algunos artistas y gente sobre todo del cine, se reúnen para reivindicar algo. Creo que el poeta García Montero es el más joven de entre ellos. Aquellas reuniones de intelectuales parecen ya más un viaje del inserso que una reivindicación. También hemos visto cómo envejecía el "guapo" Felipe (mi abuela decía que parecía un mono), ahora convertido en un señor gordo y rico, qué cosas. El PP, ciertamente, siempre fue viejo, formado por votantes que leían el ABC (ese periódico que llegó a tener un suplemento cultural maravilloso, con Blanca Berasategui y Ansón). El PSOE supo hacerse con un buen sector de votantes entre los jóvenes, y eso que OTAN, DE ENTRADA NO y otras pifias ya nos hicieron ver a aquellos jóvenes que estos políticos no eran ni tan claros ni tan honestos como los pintaba ingenuamente el dibujante José Ramón.

IZQUIERDA UNIDA fue el fruto de tantas batallas internas del PCE, para regocijo de los socialistas, que se llevaban sus electores cansados de tanto dogma y escición. Ay, aquellos lectores del difunto DIARIO 16, cuando no de MUNDO OBRERO. En fin, ahora os veo a todos, con vuestras diferencias, ilusiones y mentiras, como parte de mi biografía. Habéis ido viviendo gracias a vuestros votantes incondicionales, es decir, el PP gracias a esa gente que sólo vota y votará, hasta que se muera, a la derecha, porque es lo bueno y lo cristiano: ancianitas que aún recuerdan a los rojos de la Guerra civil y gente bien pensante que lleva sus hijos a colegios religiosos. Nuevas generaciones. Al PSOE lo votan todos aquellos que sólo votan al PSOE, como parte de mis colegas de la Universidad, porque recuerdan a los grises corriendo tras de ellos, porque el PSOE es un mal menor y porque quieren una educación pública mejor, aunque sus hijos (ya nietos) vayan a los mismos colegios de curas que los hijos de los del PP. En fin, mis amigos los pijoprogres. Por lo demás, y en cuanto a los votantes de IZQUIERDA UNIDA, vaya ahora mi recuerdo emocionado de Jos, mi querido colega de filología alemana, militante de Comisiones y fiel votante del PCE, que se dejó retratar en sus últimos días de vida para reivindicar el derecho a morir dignamente. Jos llevaba un bigote a lo Gunter Grass y era una estampa viva del intelectual de la República Democrática Alemana, aquella que luego se descompuso en su propia mierda. Sin embargo, cuando pienso en Jos y su capacidad de entusiasmarnos me emociono más allá de las ideas. En fin, todo esto lo cuento simplemente porque el otro día, pese a que este joven Pablo Iglesias no me gusta ni me convence, me hizo ver, como a Proust le ocurre en
El tiempo recobrado, que el tiempo de ciertos políticos y de ciertos partidos ha pasado ya. ¿Qué ocurrirá cuando las viejecitas que sólo votan al PP se vayan al cielo, o cuando los pijoprogres del PSOE se vuelvan ya tan mayores que no puedan ni ir a votar (ahora, buena parte de los profesores de instituto que ganaron su plaza en tiempos de Felipe se están jubilando)? ¿IZQUIERDA UNIDA acabará siendo una sucursal de PODEMOS? En fin, con nostalgia, al ver los rostros jóvenes e ilusionados de quienes dentro de veinte años ya no serán tan jóvenes, recordé las primeras elecciones de Felipe, porque allí se podían ver igualmente estos rostros, quizá más épicos.
En esta feria de las vanidades políticas, donde candidatas frustradas con voz de flauta se ven a hora marginadas, casi nada es verdad y todo, todo es mentira, pero quizá la nostalgia de lo vivido se nos muestra como una rara forma de verdad sentimental. FRANCISCO GARCÍA JURADO