domingo, 3 de marzo de 2013

Arturo Capdevila, el poeta que hizo argentino a Aulo Gelio

¿Quién es Arturo Capdevila? Pregunto a las jóvenes generaciones ilustradas de argentinos, es decir, pregunto a Diego Kenis sobre el poeta Arturo Capdevila. Veo por su respuesta que los jóvenes ya no lo leen o, simplemente, ya no lo conocen más que de nombre. En mi caso, llegué a Capdevila gracias a Aulo Gelio, en una de esas idas y venidas entre antiguos y modernos, entre modernos y antiguos, que se han convertido en el territorio literario donde mejor vivo. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO. HLGE
Debo ahora situarme en una tarde previa a la noche de Reyes del año 2005. Paso la tarde tranquilamente mientras busco ocioso, por el mero placer de hacerlo, datos sobre Gelio y sus posibles lectores modernos en Google. Inserto en el buscador dos nombres: “Gelio” y “Borges”. Y es entonces cuando me encuentro con una emocionante sorpresa:

Capdevila, Arturo (Córdoba, Argentina, 1889-1967)
Nacido en Córdoba. Su extensísima obra literaria abarcó todos los géneros: novela, cuento, ensayo, historia, biografía, leyenda, poesía, teatro, tradición, religión. Pero su fama es la de poeta, que lo fue ya desde sus primeros libros, recibidos con admiración: Jardines solos (1911), Melpomene (1912) y El poema de Nenúfar (1915). Además de algunos textos famosos, repetidos en todas las antologías ("Aulo Gelio", "Nocturno de Job", "Melpomene"), Capdevila se destacó por el romance y, especialmente, por el romance histórico. Otra veta que aseguró su prestigio fueron los libros de evocación histórica: Córdoba del recuerdo (1923), La santa furia del padre Castañeda (1933), Antaño (1936), Las Invasiones Inglesas (1938) y el Hombre de Guayaquil (1950).
“Sala Virtual de Lectura”, dirección electrónica http://www.bibnal.edu.ar/salavirtual/bioautores/autores.htm
consultado el 15 de octubre de 2007

Esta escueta noticia biográfica contenía un dato apasionante, nada menos que un poema dedicado enteramente a Aulo Gelio, escrito, como no podía ser menos, por un poeta argentino prácticamente contemporáneo de Borges. Es verdad que podía haber sabido sobre este poeta hace mucho tiempo, pues guardo como regalo de mis inquietos abuelos una preciosa antología de la poesía argentina publicada por la añorada editorial Bruguera. Verdaderamente, debía reconocer que la técnica se aliaba ahora para favorecer aún más aquellos hallazgos que venía haciendo desde el año 1984 en torno a Gelio, Cortázar y Bioy Casares. En otra página web pude saber, sin poder contrastarlo en otra parte, que el poema “Aulo Gelio” había sido calificado por el propio Borges como “uno de los mejores poemas escritos en lengua española”. Todo esto ofrecía nuevas perspectivas, y renovaba mis expectativas para seguir indagando en el misterio de la configuración de un Aulo Gelio argentino. Me fui dando cuenta, además, que Capdevila había dado a conocer a Gelio a muchos lectores modernos que tuvieron sus poemas como antología escolar. Algo similar ocurrió en Rusia cuando Pushkin escribió un poema dedicado a Ovidio y otro inspirado en el poeta Horacio. El fenómeno es muy interesante, pues en cierto sentido estos autores antiguos se vuelven, de hecho, parte de una nueva literatura nacional. Sólo para terminar esta bitácora me permito ofrecer el comienzo del poema “Aulo Gelio”:

Aulo Gelio, feliz bajo Elio Adriano,
autor preclaro de Las noches áticas,
que en plácidos inviernos escribiste,
seguro de tu dicha y de tu fama.

FRANCISCO GARCÍA JURADO

5 comentarios:

Error de portugués dijo...

Querido amigo: Leí ambos artículos, me interesa mucho la serie comenzada, a tal punto que me puse a rastrear material sobre Capdevila. Muchas gracias por tu mención sobre mi persona y mi admiración por ese espléndido escritor llamado Adolfo Bioy Casares.
Como supongo ocurre en todos los países, Argentina guarda casos de escritores que supieron ser muy leídos y perdieron preponderancia entre los amantes de la literatura (por no hablar de aquella famosa top model que cayó en la trampa de un cronista que preguntó a quién prefería, si Bioy o Casares, y respondió apresurada "Casares"). Siempre es lindo recuperarlos, muchas veces a contramano del mercado editorial.
Pude descubrir varios en mesas de saldo o en viejas ediciones de Eudeba -un proyecto editorial muy interesante de la Universidad de Buenos Aires en los '50-, heredadas de mi abuelo. Hace poco, en oportunidad del episodio de los mineros chilenos, recordé a un escritor descubierto en esas colecciones, Baldomero Lillo. Lillo es un escritor chileno de cuentos muy bonitos y compañeros, sobre la vida en las minas.
Repasando mentalmente, recordé que uno de los volúmenes que tengo de Capdevila -probablemente el único- es de la biblioteca infantil Billiken, y es sobre Remedios de Escalada, la juvenil esposa del General San Martín. En internet (tengo el ejemplar mío a 100 kilómetros de mí) figura como fecha de su edición el año 1950. Puede ser, porque ese fue el año del centenario de la muerte de San Martín. Pero a mí me parece que la edición que tengo es algo más nueva. Chequearé.
No recuerdo haber visto demasiado de Capdevila en las librerías que visito. Se explica. Veo por internet que sólo la Editorial cordobesa Buena Vista está reeditando sus obras.
Me fijé en la bibliografía actual de Literatura Argentina I, y tampoco hay nada de este escritor en la lista.
Un abrazo,
Diego Kenis

Francisco García Jurado dijo...

Este comentario resulta de gran ayuda para la escasa influencia que Capdevila puede ejercer ya hoy a la hora de que un lector argentino medio sepa ya quién fue Aulo Gelio. Puede que esta escasa influencia contrasque con la que pudo tener muchos años atrás, cuando sus poemas se leían en las escuelas y llegó a ser Capdevila una lectura común para autores como Bioy, Borges y Cortázar. Muchas gracias, Diego.

Anónimo dijo...

Tiene q haber un error en la fecha de fallecimiento de Capdevila!

Anónimo dijo...

Tiene q haber un error en la fecha del fallecimiento de Capdevila.......este señor vivía en Liniers y me dio clases ami y yo nací en el 66..

Francisco García Jurado dijo...

Capdevila, según todas las informaciones diponibles, falleció en el año 1967. ¿No sería otra persona?