miércoles, 1 de octubre de 2008

DULCE BELLUM INEXPERTIS: CONCIENCIA DE UN HECHO HISTÓRICO


En marzo de 2003 publiqué en El País una carta al director con el siguiente título:

“LA GUERRA ES DULCE PARA LOS INEXPERTOS”


La carta, breve, decía lo siguiente:

"Los movimientos pacifistas del siglo XIX pusieron en circulación un viejo adagio: “La guerra es dulce para los inexpertos” (DVLCE BELLVM INEXPERTIS). Estos movimientos pacifistas y progresistas tomaron su lema de las recopilaciones de frases de la Antigüedad que publicara Erasmo de Rótterdam en el siglo XVI, cuyas ideas contra la guerra, por cierto, podrían seguir levantando ampollas todavía hoy, si se leyeran. La frase en cuestión, que el gran humanista holandés tomó del poeta griego Píndaro, dice que, en efecto, sólo la guerra es dulce para aquellos que son ignorantes. Animo a leer el soberbio texto que contra la guerra escribiera Erasmo partiendo de este adagio. Pasado el tiempo, Pérez Galdós, liberal, positivista y admirador de Erasmo, lo recogió en uno de sus Episodios Nacionales, el titulado Bailén, rememorando el lugar de una famosa batalla. Por todo ello, y porque sigo creyendo que el saber, contra ciertas falacias, nos puede hacer mejores, me ha parecido oportuno rescatar esta vieja pero lúcida reflexión humanista y liberal contra la guerra. Enigmática, es una frase que da qué pensar, pero que, sobre todo, pone en su sitio a quienes parecen haber descubierto antes de ayer que los grandes males sólo se resuelven con peores remedios. "


Es curioso que en aquel momento, al escribir, la carta, no fuera tan consciente de lo que quería decir entonces como lo soy ahora. Estaba a punto de comenzar la guerra de Irak, cuyas razones, como las de tantas guerras, desde la Antigüedad, no dejaban de ser más que tristes pretextos. Ahora que por motivos profesionales estoy releyendo a Tucídides, cada vez pienso más en el aspecto pragmático de su magnífico relato. En todo caso, me he dado cuenta en mi propia piel de un aserto del profesor José Antonio Maravall cuando dice que a menudo la cercanía a un hecho histórico no implica tener más conciencia del mismo. Cuántas veces vemos los errores al cabo del tiempo y somos verdaderamente conscientes de las cosas ocurridas cuando éstas ya han pasado, incluso hace siglos.


Francisco García Jurado

H.L.G.E.

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